jueves, 28 de julio de 2022

Niñas monarcas

 Recuerdo el momento muy bien. Claudia y yo estábamos sentadas en el patio de la escuela, durante el recreo. Yo llevaba, seguramente, el guardapolvo a tablas blancos, que se abotonaba en la espalda y se ajustaba con un cinto de la misma tela, y ella usaba uno tipo bata, de los que se abrochan por el frente. No se de que estábamos hablando, eso no lo recuerdo. Tal vez de un compañero que nos parecía molesto, de la segunda guerra mundial o de nuestros sueños de ser escritoras. Pero lo que mejor recuerdo es la mariposa. 

Revoloteó primero a nuestro alrededor, luego se poso directamente en la punta de mi nariz, y ahí se quedo hasta que, después de nuestra sorpresa, nos reímos. La mariposa se fue alejando y, de alguna manera, ahora ya mayor, veo la escena desde su perspectiva. Nos veo a las dos, sentadas en un rincón, apoyando la espalda en la pared, mirando hacia arriba. La imagen se aleja, como si fuera una cámara ( o un dron con una) y nos vamos perdiendo, pequeñas, en el paisaje que nos rodea, el de una ciudad chiquita del Conurbano. 

Si en lugar de la mariposa hubiera sido, efectivamente, una cámara, pareceríamos al ojo común dos niñas normales. Hoy se que no lo éramos. Yo tenía el corazón roto, y la madurez de los años me hizo darme cuenta de que ella también. Tal vez de niña ya lo intuía. Los rotos solemos reconocernos unos a los otros, y tal vez por eso estuvimos tantos años juntas. 

Ahora mismo no se con claridad que fue de Claudia, aunque he intentado averiguarlo. La cobardía no me permite acercarme a la que fue su casa. No se bien a que le temo, en realidad. Tal vez a corroborar que, de hecho, ya no eramos niñas y, aunque las mariposas siguen volando cerca de mi, ya no me provocan esa risa cristalina que tienen los niños.

Por otro lado, prefiero recordarnos así, desde la perspectiva de la mariposa: riendo y mirando al cielo, sintiendonos especiales por un momento, reinas absolutas de aquel instante.



6 comentarios:

  1. Recuerdos que son lindos y que nos transportan a nuestra infancia . Ijlá pudieras recuperar la amistad de tu compañera de juegos . Un beso y gracias por tu visita.

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  2. Mejor recordar desde la inocencia. Desde otra perspectiva puede ser doloriso. Um abrazp. Carlos

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  3. A nossa infância é sempre um espaço de gloriosa espantação.
    Abraço amigo.
    Juvenal Nunes

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  4. Buen día Ayelén.
    Un texto entretenido.
    Contactamos por primera vez, y única, en tu entrada de Marzo del 21. El amarillo de Van Gogh
    Abrazos.

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  5. Hola Ayelén, ha sido un placer leerte y me quedó en tu blog. Tu narrativa es muy buena, el lector entra en tu relato, lo vive, lo desfruta. Un abrazo y felicitaciones.

    mariarosa

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  6. Me conmueve ver cómo sientes.

    Besos de otro roto.

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