La última cinta
Sábado
6 de marzo. 3:30 pm. Año 2060.
Hola
a todos, espero que esto se esté grabando.
Muchos
dicen que el virus fue creado en un laboratorio, para poder al fin controlar a
la gente. Otros, tienen mayor fe en la Humanidad y se inclinan a opinar que
solo fue una mutación desafortunada de una sepa ya existente. Los animales
escasean en este siglo, así que atacar a los humanos habrá sido, para el virus,
la opción más lógica. Algunos, más conspiradores, sospechan que el virus ni
siquiera existe realmente. Poco importa ya, la verdad, porque sea como sea que
haya entrado a nuestras vidas, está claro que este virus no se irá tan pronto
como llegó.
No
puedo respirar. Hace tanto que no respiro adecuadamente. Cada movimiento de
inhalación o de exhalación es una tortura. Tampoco veo a otro ser humano desde
hace tiempo. No me apetece, de todas formas. Por suerte, el teletrabajo nos
ahorra el disgusto.
¿Quién
querría vernos ahora? Ante el fracaso de las medidas preventivas contra el
virus respiratorio, los gobiernos del mundo decidieron que los barbijos eran ridículos.
Pero tampoco tenían aun una cura. Una bien hecha al menos. Así que decidieron
tomar el consejo del empresario e inventor León Gauss, y nos destrozaron el
sistema respiratorio. Nos lo modernizaron, dirían ellos. Nuestra boca y nariz
ahora está cubierta por una semiesfera de vidrio. Nuestras vías respiratorias
estan ocupadas por tubos del mismo material, para estar seguros de que, si el
virus entrara por la nariz, se detuviera en los filtros dispuestos en esos
artefactos... En nuestras espaldas, unidos quirúrgicamente, tanques de oxigeno
que se cargan una vez a la semana. Los mismos se conectan con la semiesfera y
llenan los tubos. Solo así se permite respirar. Y cuando digo solo así, me refiero a que si nos negábamos
a usar este sistema, simplemente nos asesinaban. Aun me arrepiento de no haber
dejado que me mataran de esa forma. Vivo con terror de respirar demasiado
profundo, de chocar o golpearme con algo, porque cualquier movimiento torpe podría reventar
los tubos en mi interior. Ya he visto pasarle esto a algunos compañeros de
trabajo. Por eso es que nos mandaron nuevamente a nuestras casas, porque aunque
el invento parecía infalible, nos hizo más frágiles.
Mientras
tanto, los precios de los alimentos y otros bienes vitales han subido cada día
más. Solo compramos lo mínimo para sobrevivir. Ante nuestras llamadas y correos
electrónicos de protestas, las autoridades políticas solo han salido a dar
mensajes tranquilizadores y motivadores en los canales de televisión. Ellos si
se ven cómodos con el invento de León. Demasiado cómodos. Tengo fuertes
sospechas de que ni siquiera están conectados realmente. Pero aun si fuera
cierto, y nosotros lo supiéramos, ¿qué podríamos hacer al respecto?
Ellos
lo saben. Saben que no podremos salir a protestas a las calles. Se acabaron las
revueltas. ¿Quién se va a arriesgar a que un policía reviente su garrote contra
nuestro frágil sistema respiratorio? Nadie, por supuesto. Tampoco yo. Y me
avergüenza. Yo podría hacerlo, porque decidí que voy a morir, de todos modos.
Cuando apague la cámara, voy a subir a la terraza del edificio, y arrojarme
desde lo más alto. Pero antes de eso, quería que lo supieran. Nos han privado
incluso del derecho a respirar a nuestro modo. No lo soporto más. Y si alguien
del futuro ve esta cinta… Bueno, espero que las cosas hayan cambiado. Que sean
más valientes que yo.
Sábado
29 de diciembre. 8:00 pm. Año 2065
Aun
queda cinta. Eso es bueno.
Soy
yo, otra vez. No lo logré. No pude saltar y acabar con mi miseria. Lo siento.
Me avergüenzo de mi mismo. Por eso es que tampoco regresé a grabar en todo este
tiempo. Pensé en dejar la cinta como estaba, y que la gente del futuro pensara
que sí tuve el valor. Bueno, ahora sabrán que soy un cobarde. Prefiero esto.
Vivir cuidando mis estúpidos tubos e cristal. Vivir moviéndome como un
autómata. Pensar solo en sobrevivir hasta el día siguiente. Pero, ¿qué es más
cobarde al fin? ¿Soportar esto o acabar con mi vida de una vez? Creo que nadie
podría decirlo con certeza, así que yo tampoco.
Pero
basta de hablar de mí y mi patética existencia. Tengo noticias. Después de
muchos años sin tener novedades semejantes, finalmente han dado con una cura
aparentemente funcional. La han probado con criminales y sus cuerpos parecen
responder bien. No se escandalicen acerca de las pruebas en humanos, ya
explique hace un tiempo que casi ya no quedan animales. En fin, la cura tiene
que pasar varias pruebas más antes de que se apruebe su aplicación en grandes
números de personas. Valió la pena aguantar un poco más, ¿verdad?
Dicen
que la vacuna se insertará en un microchip, en nuestro corazón, de forma que no
pueda ser removida sin que la persona muera en el intento. Dicen que desde allí
liberará la sustancia que nos mantendrá sanos. Si funciona, nos quitarán los
tubos y el tanque.
También
liberará una sustancia tranquilizante si detecta que nuestro ritmo cardiaco
aumenta por estrés, ansiedad o miedo. Unos pocos locos dicen que solo es una
forma más de controlarnos. Pero, ¿verdad que no? ¿De qué se supone que
tendríamos miedo, si acabamos con el virus?
¿De qué teníamos miedo antes de eso? Ya no recuerdo.
La pandemia ha dado para todo. Como en tu cuento, uno ya no sabe que creer. Buen relato. Carlos
ResponderEliminarLa incertidumbre de estos tiempos hace dudar de todo... Muchas gracias
EliminarCuanto se habla y cuánto miedo nos meten en el cuerpo ...en estos tiempos todos sacan provecho de la crisis y contra mas pase el tiempo mucho más. Vivamos el dia a dia y que sea lo que tenga que ser,pero mientras disfrutemos de los que tenemos al lado y digamos mucho te quieros que eso hace falta. Un buen texto. Abrazos.
ResponderEliminarBien dicho, porque la vida sigue pasando en tanto. Un abrazo!
EliminarMuy interesante relato que bien podría suceder en un futuro, la situación actual es complicada no se sabe de donde apareció el virus. Cada quien tiene su teoría y mientras. La gente sigue muriendo y el miedo triunfando sobre el amor
ResponderEliminarEsperemos que esa tendencia se revierta al fin. Gracias por tu comentario, Jorge
EliminarBuen relato.
ResponderEliminarUn abrazo para ti.
Gracias, Amapola. Otro para vos
EliminarMe encanto tu relato
ResponderEliminarMuchas gracias ♥
Eliminarme ha gustado mucho, has conseguido muy bien el aire epistolar postapocaliptico. Aqui al menos, no llegaremos a tanto, mas que nada porque no hay dinero para operar a toda la poblacion. votarian por internet, asi que reeleccion asegurada. que mas pueden pedir? Aqui hoy ya han decretado toque de queda para seis meses, creo que no falta mucho para que la gente (gente diferente de los jovenes) empiece a desobedecer
ResponderEliminarBessosss Ayelen
Hola, Gabiliante! Me alegra que te gustara mi relato. Diría que aquí tampoco sobran los recursos para hacer algo así, pero nunca falta dinero ara la represión.
Eliminarque pasó?
ResponderEliminarte rendiste?
hace dos meses que no pude atender en los blogs, y cuando vuelvo aun no has vuelto a escribir. hace falta sangre joven por aqui, para que los menos jóvenes comprendamos otros puntos de vista. creo que me he tomado demasiadas libertades en este comentario, espero que no te molestes. y sobre todo espero que estés bien
besosss